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Un condenado a muerte se ha escapado o El viento sopla donde quiere

Un condenado a muerte se ha escapado o El viento sopla donde quiere (Un condamné à mort s’est échappé ou Le vent souffle où il veut), de Robert Bresson (Francia/1956), 101 min. Con François Leterrier, Charles Le Clainche y Maurice Beerblock.

One thought on “Un condenado a muerte se ha escapado o El viento sopla donde quiere

  1. A la manera de las tragedias antiguas, la película privilegia la unidad de lugar –justificada en este caso por la trama- desarrollándose en espacios sumamente acotados, situación ésta de la que saca provecho, tanto en un sentido dramático como formal. Salvo la escena inicial y final, las demás transcurren entre los muros de la prisión, algunas pocas en el patio, o en la sala de aseo, la mayoría en la celda, escaleras y corredores. Pero vistos éstos siempre de modo parcial y breve. En este sentido, el uso de determinados encuadres refuerza la sensación de reclusión: planos medios, primeros planos, planos de detalle, muchos filmados desde una perspectiva subjetiva, que se emparenta con la narración en primera persona. La deliberada elusión del contexto crea una atmósfera de incertidumbre y de tensión que contribuye al suspenso que va in crescendo y tiene en vilo a los espectadores todo el tiempo, hasta el desenlace; más allá de que éste haya sido enunciado / anunciado en el título: el condenado a muerte se escapó.
    El rol de sonido es preponderante, tanto acentuando la tensión dramática, como completando en muchos casos lo que queda fuera de campo, desde la situación espacial, así como diversos indicios que guían al protagonista en su accionar. Y también le revelan sucesos que no está a su alcance ver, ni presenciar, por ejemplo los fusilamientos.
    En este sentido, salvo en algún breve momento, la violencia material, física, la brutalidad, quedan prácticamente fuera de campo, ingresando a la narración sólo a través de ciertos sonidos: las ráfagas de disparos, algún ruido sofocado – golpes, o la caída del cuerpo del guardia neutralizado en el momento de la fuga.
    Todo esto hace que, si bien la acción (o las acciones) tiene un rol preponderante, la película no sea, o no exclusivamente, una película de acción en el sentido corriente del término, sino que también plantee el devenir de estados de conciencia, la exposición de conflictos éticos y morales, la resolución de situaciones con elecciones que le dan un sentido a la vida y determinan el ser en la sociedad. A esto contribuye una atmósfera sutil y despojada, de bellas imágenes; mínimas pero esenciales inserciones musicales, y la inscripción del relato en un ámbito espiritual por medio del subtítulo que cita un versículo del evangelio de San Juan (3:8).

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